A 157 días de dejar el cargo, Alberto Fernández sigue sin encontrarle la vuelta a su gestión, situación que deteriora a la novel coalición Unión por la Patria. Pero en esta oportunidad y por enésima vez, a sabiendas o no, el cimbronazo fue por partida doble. En este escenario, LA GACETA, en su edición del 30/06, informó sobre el congelamiento de precios, que la Secretaria de Comercio de la Nación, por medio de una resolución, acordó con los fabricantes de bienes durables y semidurables, hasta el 15/08, (celulares, electrodomésticos, etc.). Las características de los bienes incluidos en el acuerdo, no son el nudo gordiano de la crisis alimentaria, por lo tanto se podría haber incorporado al acuerdo a la Canasta Básica Alimentaria. El no haberlo hecho, significa que el Presidente nunca entendió a Perón, (“La víscera más sensible, el bolsillo”, LA GACETA, 15/04/22). Además, a tan sólo 38 días de las PASO, y a casi cuatro años de gestión, el Presidente no puede desconocer que las imposiciones del FMI tienen marcados matices electorales (devaluación, reacción del campo por aumento a las retenciones, etc.) Esto hace que la participación del Presidente en las negociaciones con el organismo de crédito sea un mero interinato, en reemplazo de Martín Guzmán (“Negociaciones con el FMI”, LA GACETA, 08/11/21) que en su momento cumplió con éxito la misión de Caballo de Troya, habilitando explícitamente al liberalismo para interferir en las negociaciones con el organismo de crédito, asignándole al resultado del acuerdo un claro tinte político (“Lo que debió prever el Presidente”, LA GACETA, 28/3/21).
José Emilio Gómez
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